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lunes, 12 de octubre de 2015

¿Se viaja o no?





¿Se viaja o no?
En estos días he vuelto a viajar por la carretera. El lunes bajé a Bouar, a 250 kilómetros de Bozoum. Las carreteras, hacia el fin de la estación de las lluvias, están siempre peor...
En Bossemptele, a 87 kilómetros de Bozoum, encontré algunos centenares de camiones bloqueados desde hace casi dos semanas a causa de los combates de Bangui. En los próximos días intentarán bajar a Bangui, pero hay muchas barreras de antibalaka y muchos ataques contra los vehículos para intentar saquearlos...
Voy a la reunión en Bouar porque se trata de la reunión anual de todas las parroquias. Junto al obispo debatimos y presentamos la situación de cada una de las doce parroquias de una diócesis que tiene 300 kilómetros de larga y 250 de ancha...
Es un momento muy bonito de intercambios, fraternidad y trabajo, pero también de alegría como fe y pasión por el país y por la gente que nos ha sido encomendada.
 Concluimos el miércoles con una hermosa concelebración, en la que confiamos a la Virgen del Rosario nuestros cansancios, nuestros sueños y las esperanzas de que el país pueda reanimarse.
El jueves tendré que viajar y bajar a Bangui. La carretera está ahora impracticable: el martes los Cascos Azules intentaron quitar las barreras de los antibalaka, pero cuando el convoy pasaba, fueron atacados y ha habido muertos y heridos. Temo que por un breve espacio de tiempo la carretera a Bangui corra el riesgo de quedar cerrada.
El jueves me arriesgué milagrosamente a encontrar un asiento en el avión Bouar- Bangui para Ludmila y para mí (la señora de Praga que, por cuenta de la Asociación SIRIRI ha trabajado para la formación de los maestros). En casa la están esperando dieciséis sobrinos y no puede tardar.
Volamos con el avión de UNHASS (una agencia de las Naciones Unidas), en la que hay muchos empleados de las ONG, que se habían quedado bloqueados durante un par de semanas en las diferentes bases esparcidas por el país.
Después de hacer escala en Berbarati, hacia la 13'00 llegamos a Bangui. Se nota mucha tensión, y hay colas de espera en las gasolineras: con la carretera bloqueada, resulta muy difícil para la capital encontrar lo necesario para vivir...
El viernes por la mañana volví a subir al avión para Douala, en Camerún, para volver a marchar el sábado a París y Lisboa, donde me esperan amigos de la Ayuda a la Iglesia que Sufre con el fin de escuchar un testimonio de Centro África...









Code a Bangui per cercare il carburante...
les queues à Bangui pour acheter du carburant


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