Trabajo y no trabajo...
La semana pasada hablé de
montones de kilómetros... y me olvidé decir cuántos eran: 2.300 kilómetros.
El domingo pasado lo pasé en
nuestra comunidad de Yaoundé. Aquí los hermanos festejaban al prior, P. Marcos
Gazzoli. Por la tarde le vistieron como a un rey tradicional: una capa de
colores y un bastón de ébano. Una hermosa ocasión para una convivencia entre él
y los jóvenes de la comunidad, donde ha llegado hace pocos meses.
El lunes por la mañana
marchamos hacia Centro África, y alrededro de las 17 estábamos finalmente en
Bouar, después de casi 900
kilómetros.
El martes tuve algunas
reuniones y un encuentro con una ONG americana, CRS, con la que tratamos sobre
una colaboración para un proyecto de microcrédito.
El miércoles salí de Bouar,
pero había una largo convoy, al menos de cien camiones que bloqueaban la
carretera. Me aventuré a pasarlos, pero me encontré bloqueado por una barrera,
que algunos jóvenes de la ciudad habían colocado. Como todos los camiones, engo
que parar y, cuando me dejaron pasar, vi con estupor que por la otra parte había
un tanque y un camión de los Cascos Azules de la MINUSCA. Encima hay militares,
que observaban divertidos la barrera y NO hacían nada. Por desgracia, no deja
de ser una imagen emblemática de lo que es la presencia de la ONU en Centro
África: muchos medios, muchos militares (más de 10.000), muchos, muchos
soldados y muy pocos resultados...
El miércoles regresé a
Bozoum, donde me encontré con los niños de nuestras escuelas y mi gente.
Hoy, 1º de mayo, los docentes
se organizan para hacer un poco de fiesta. Y por la mañana, durante la misa,
bendigo las herramientas de trabajo, que la gente presenta orgullosa: semillas,
azadas, bolígrafos, libros, cubiertos, agujas y tijeras...
Barriera a Bouar: i giovani bloccano la strada, sotto gli occhi divertiti dei Caschi Blu à Bouar, les jeunes bloquent la route et raquetent les camions, sous les yeux amusés des Casques Bleus |
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