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sábado, 1 de marzo de 2014

Dos rosas blancas



 

Hacía más de tres meses que no iba a Bouar, sede de la diócesis y también de otras comunidades de carmelitas... Por fin, el lunes marché junto con el sacerdote Mirek, vicario de la diócesis, que vino a hacernos una visita.
En la carretera nos cruzamos con un gran convoy de camiones que están yendo a Bangui: los transportes son todavía peligrosos, y viajan escoltados por militares de la MISCA.
En Baoro encuentro finalmente a los PP. Dieudonné y Daniel y a las hermanas. Durante casi un mes han acogido a tres mil setecientas personas, de las que mil cuatrocientas son musulmanes. Precisamente hace unos días han marchado los musulmanes al Camerún, y también los demás han salido para volver a sus casas. Pero ¿qué casa? ¡Más de mil trescientas casas han sido quemadas por la Seleka en las semanas pasadas!
En Bouar saludo con placer a los padres y hermanas, misioneros animosos que se han quedado a pesar de todo. El martes por la tarde tenemos una reunión con Cáritas para señalar el punto sobre la situación y ver qué hacer. Es impresionante ver cómo casi todas las parroquias y casas religiosas han quedado abiertas a la acogida de los refugiados, sin distinción entre cristianos y musulmanes. Padres, hermanas y laicos, de diversas edades y de infinidad de países (Centro África, Camerún, Chad, Madagascar, India, Uruguay, Italia, Francia, Polonia, República Checa...): ¡eso es lo internacional de Cáritas!
Precisamente en estos días el P. Emilio Martínez, vicario general de los Padres Carmelitas Descalzos, que ha estado de visita, ha tenido una idea estupenda: ha llevado dos rosas al papa Francisco, como señal del trabajo hecho por los misioneros con los refugiados. He aquí lo que ha escrito:
He podido entregar en mano estas dos rosas blancas al papa Francisco durante la audiencia del miércoles. 
 Le he dicho: Santidad, aquí están estas dos rosas blancas que he traído desde Centro África; y él me preguntó: ¿De dónde? Entonces repetí: de Centro África, Santidad, es un encargo de los misioneros carmelitas y de sus refugiados.
Me gustaría transmitir la emoción que sentí cuando el papa se separó de su acompañante y, de un modo tierno tanto como solemne dijo: “Esto me lo sube arriba, a mi despacho”.
Vuestros rostros, vuestras vidas, como las de las hermanas y amigos, el rostro de cada uno de los refugiados, sobre todo de los niños... Todo lo que llevo en mi corazón después de visitaros ha llegado finalmente a las manos del papa Francisco y me he sentido feliz de haber sido vuestro mensajero y portador de un gran tesoro. ¡¡¡Gracias a Dios!!!
 Os ruego que lo comuniquéis a todos los hermanos y hermanas: ¡¡¡El papa está con vosotros, vosotros estáis con Francisco!!!
Ahora, gracias por todo. Vuestro menor hermano: Emilio.
 El miércoles marché al norte, junto a un par de periodistas de la Associated Press. Fuimos desde Bohong, donde parece que, después de meses de luchas. la convivencia entre musulmanes y no musulmanes es posible.
 A lo largo de la carretera encontramos muchos poblados quemados por la Seleka en el mes de enero. Casi todas las capillas han recibido ráfagas de metralleta, y los agujeros son bien visibles en las paredes.
En Ngaundaye vuelvo a encontrar a los capuchinos que se han quedado para que se organice la reconstrucción. Acompaño a fray Francisco a su factoría (está a tres kilómetros, y la Seleka les ha robado el coche, y hay que ir a pie, y ya no es muy joven). Aquí puedo ver centenares de plantas y de mangos injertados.
Y hoy, viernes, me encuentro a los niños de la escuela elemental todos alterados, porque es el fin del trimestre y es la entrega de las notas. Parece poco y, sin embargo, es un paso importante, especialmente en este momento...

rifugiati alla Misisone di Baoro
réfugiés à la Mision de Baoro


convoglio di camions provenienti dal Cameroun e diretti a Bangui
le convoi provenant du Cameroun, destinés à Bangui

Fra Francesco con i suoi manghi innesati
frère Francesco, avec ses mangues greffés



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