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domingo, 12 de enero de 2014

Si la primera semana del año es así...





Lunes y martes 6 y 7 de enero de 2014
Dos días bastante tranquilos. Bajo a la ciudad para saludar al imán y revisar los barrios en el norte, donde algunos peuls (una ayuda a la Seleka, se han convertido... en antibalaka) han quemado casas, porque sospechaban que dentro había antibalaka...
Los barrios están vacíos... extrañamente vacíos. Y podemos ver al menos una veintena de casas quemadas después del ataque del domingo.
Los combates entre los antibalaka y Seleka desde el día 6 de diciembre han causado, por lo menos, un centenar de muertos (avalados por la Cruz Roja).
Por la noche un niño de dos años murió aquí, en la Misión. ¿Malaria?
Miércoles 8 de enero de 2014
Tengo que ir a buscar trescientos litros de gasóleo para la antena del teléfono Orange, que una moto ha traído de Paoua.
Por la tarde, con este pretexto, salgo fuera de la ciudad para reunirme con los antibalaka, que son muy numerosos (al menos, cuatrocientos y solo en este sitio...) y cada vez están más nerviosos
Presento el problema de la apertura de las escuelas (cerradas desde hace un mes) y de la comida para la ciudad (todos los mercados, donde la gente compra los productos... están cerrados). Pero la cantinela siempre es la misma: Solo necesitamos que la Seleka y los musulmanes depongan las armas, y que la Seleka se marche...
Dicen que, una vez conseguido esto, dejarán la guerra para volver pacíficamente a sus poblados...
Hacia las 18'30 comienzan a disparar en la ciudad, pero no sabemos bien qué está sucediendo... Muchos disparos, y gritos de alegría (de la población musulmana). Luego nos enteramos que un general de la Seleka ha llegado a Bangui para reforzar el contingente de Bozoum. Habrá entre seis y diez coches, y el número consiguiente de rebeldes
Sin comentarios.
Jueves 9 de enero de 2014
Noche sin disparos.
Por la mañana bajo al hospital y, mientras estoy allí, un grupo de unos cincuenta peuls, armados con machete, arcos y también tres o cuatro kalashnikov atraviesa el patio.
Van hacia el Ouhgam, el río, donde los Seleka, llegados la víspera, se han marchado una hora antes para despejar la carretera y cazar a los antibalaka.
Oímos muchos tiros, a pesar de la distancia, y hacia mediodía se levanta una gran humareda en esa dirección: probablemente la Seleka ha quemado uno o más poblados...
A las 17'30 llegan los Seleka, los nuevos. Hay un DGA de la policía, y otros Selekas (unos centroafricanos, otros del Chad). Nosotros tenemos una reunión con ellos y sus hombres y muchos de los refugiados asisten.
Quieren que la gente vuelva a la ciudad. Nosotros los escuchamos, y luego tomo la palabra. Les digo que las tres mil personas que están refugiadas en la misión están paradas, después de un mes. Por mí se pueden marchar rápidamente, pero se precisa seguridad. La gente está expuesta a las acciones de la Seleka y a sus venganzas, tienen miedo de las armas distribuidas a los musulamens y a los peuls...
Un hombre y una mujer toman la palabra y expresan sus preocupaciones, su miedo de volver, porque están expuestos a la Seleka...
Después de un prolongado intercambio decidimos reunirnos mañana por la mañana, porque ellos tenían que marcharse...
Sin embargo, hemos logrado hablar y he hecho que se enfadara un Seleka que amenazaba a la gente con la metralleta para tenerlos a distancia: le he diho que la dejara, porque en mi casa no le permitía cierttos comportamientos... me ha estado miramdo con mirada torcida durante toda la reunión.
Pero ¿cuántos quedarán? Y si se marchan, ¿volverán los antibalaka?
Y, finalmente... la gente no se confía y no quiere volver a casa, mientras la Seleka esté allí
 Vienea 10 de eneroA las 7'30 estamos preparados para la reunión... pero después de una hora aún no ha llegado ninguno y nos marchamos. Hacia las 9'00 llegan, el imán y la Seleka, y comenzamos la reunión. El jefe de la misión, el "general" de policía (!) Adoum Rakis habló diciendo que ha venido por la paz, que está allí para todos, que el gobierno está muy preocupado por Bozoum, que la gente debería irse a casa, bla, bla, bla...
La gente habla y les pide qué garantías pueden darles de que las personas no serán perturbadas y amenzasas por la Seleka después que ellos se marchen. Les preguntan también por qué no desarman a los musulmanes y a los peuls que tienen armas de guerra. El "general" dice que ya tienen una lista de dos civiles que tienen un kalashnikov (nosotros tenemos otra con los nombres de al menos cincuenta y cinco personas en !).
Recuerdo a los amigos musulmanes y a los peuls y a la Seleka que el problema no son los antibalaka, sino la Seleka: si la Seleka se va, los antibalaka muy probablemente depondrán las armas y volverán a sus poblados.
Insistimos en los abusos y, finalmente, los de la Seleka marchan a detener a Ngaina Jerome, un catequista arrestado por ellos el miércoles, acusado de ser un antibalaka, torturado y dispuesto a ser asesinado... Lo libran como señal de humanidad... (y por desgracia parece que los rebeldes de la Seleka se han presentado en los poblados con las señas de la Fuerza Multinacional Africana, la FOMAC, y de este modo han confundido a la gente...).
Después de una larga reunión, llega la noticia de las dimisiones del presidente Michel Djotodjia y del primer ministro. Las personas son prudentes, pero hay por todas partes un poco de alegría...
A las 15'00 voy con la Cruz Roja a echar una ojeada a los poblados en la salida de Bozoum, en las carreteras para Bocaranga y Paoua, donde han estado combatiendo ayer. Batalla que, afortunadamente, no ha causado muchos muertos, pero la Seleka se ha vengado quemando cuatrocientas cuarenta casas (sobre quinientas veinte), en los poblados de Pont Ouham, Doussa, Camp 5 y Boyele... ¡Qué tristeza ver las casas quemadas, destruida la cosecha...!
Una cosa singular: en Boyele el catequista ha cerrado su casa con un candado y un rosario...; los Seleka no se han atrevido a quemar y forzar las puertas...
Mañana, si todo va bien, iré e revisar los poblados quemados por la Seleka en el eje de Bangui.






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