31 de diciembre de 2013
Finalmente… este larguísimo año llega a su fin. Pero no sé cómo
comenzará el nuevo.
Desde el golpe de estado en marzo, todo ha sido una sucesión de
violencias, saqueos, torturas y asesinatos. Y Centro África, ya entre los
últimos países del mundo, ha seguido hundiéndose.
Y este último mes de diciembre ha sido durísimo.
En Bangui se habla de un millar de víctimas solo en diciembre, con una
tensión que ha crecido, con musulmanes y cristianos que se oponen, no por
cuestiones religiosas, sino políticas y culturales.
Aquí en Bozoum desde el 6 de diciembre vivimos una realidad
particularmente difícil y hermosa al mismo tiempo. Los ataques de los
antibalaka (la mayor parte son ciudadados desesperados por meses de violencias
por parte de la Seleka) desde el 6 al 23 y 25 han causado unos cincuenta
muertos, y la huida de mucha gente que ha abandonado sus propias casas para
refugiarse en los campos o aquí en la Misión (actualmente hay tres mil doscientos,
pero han llegado hasta seis mil), o en los
alrededores de las mezquitas.
Realidad difícil, porque hay que pensar en la comida, en el agua, en el
orden y en la seguridad de la gente.
Pero también es hermosa: en estos días ha n nacido catorce niños aquí
en la Msiión. Y hoy día hago algunas salidas en medio de la gente,
sencillamente para sonreír y animarlos.
Hermosa también por el trabajo de mediación que hemos intentado, yendo
a ver a los rebeldes un poco, ciertamente, por carreteras imposibles, e
intentando hasta el final llevar un poquito de racionalidad y de humanidad a la
gente que está en guerra. Al menos una docena de reuniones con los rebeldes
antibalaka, una decena con los de la Seleka y un trabajo continuo hecho junto
con los muslmanes.
Por ahora no hay resultados... quizá solo hemos conseguido retardar un
poco el desastre. Si los antibalaka atacan (y son alrededor de un millar) no
harán distinción entre los rebeldes de la Seleka y los muslmanes (también
porque algunos han colaborado y se han aprovechado de la presencia de la Seleka
aquí en Bozoum, pero muchos son inocentes). ¡Y habrá, desgraciadanete una masacre!
Hemos intentado todo lo posible. Hemos ido a encontrarnos con gente
armada hasta los dientes... Hemos pedido y vuelto a pedir la presencia de los
militares (o las fuerzas africanas de la MISCA, y la de los franceses de
Sangariz), pero nadie parece entender el desastre que está a la vista... Temo
que solo llegaremos tarde, para contar los muertos, junto a algún peridodista
que dirá las cosas de costumbre, ¡DESPUÉS!
Pero aún es tiempo. Y ahora, ¡buen
año a todos!. El tiempo siempre es un espacio en el que se manifiesta la fuerza
y la presencia de Dios Padre, y nos alegramos de atesorar lo que ha pasado para
construir juntos un 2014 mejor. ¡Que Dios nos bendiga!
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