En Bangui,
la capital, es un desastre... Los rebeldes, falsos rebeldes, vándalos, se han
aprovechado de la situación para saquear todo lo posible: a privados,
sociedades, compañías, empresas, ONG (MSF y otras), Cruz Roja, agencias de las
Naciones Unidas (Unicef, Pam), parroquias, conventos, hospitales, radios locales...
Luego, se
han dispersado por el resto del país: el martes, por la tarde, estaban en
Baoro, donde llegaron a nuestra Misión, y pretendieron llevarse el dinero y un
coche (que, después, un amigo musulmán ligró que lo devolvieran).
Los rebeldes
llegaron aquí, a Bozoum, el martes por la noche, dispararon un poco,
destruyeron las casetas de la Policía, dispersando a los guardias y al ejército
(sus hombres están desaparecidos desde hace días)..., saquearon un poco,
vaciaron la estación de carburantes...
Esta mañana
he llevado la comunión a un enfermo. Fui a pie (porque también los coches los
hemos hecho desaparecer, para evitar que los roben los rebeldes). También ha
sido la ocasión para ver un poco a la gente en los barrios... Un poco asustada,
pero bastante tranquila y esperanzada de que lo peor haya pasado...
Le tensión
es mucha, pero esta mañana llegó un cristiano, un maestro, y me dio las
gracias por habernos quedado: este hecho le ha ayudado mucho a mantenerse firme
y no dejarse llevar por el pánico.
Y la
cercanía de muchos en estos días aquí, en Bozoum, lo dice. También, el que no
hayan venido a robar o saquear en la Misión de Bozoum se debe, en gran parte,
al hecho de que la gente y muchos jóvenes se han ofrecido para evitarlo, cuando
los rebeldes llegaron aquí...
En efecto,
llegaron el martes por la noche... pero no hemos tenido el gusto de
conocerlos...
La cercanía
y la oración de nuestra Provincia, hermanos y monjas, de amigos en Italia,
República Checa, Francia, Camerún, México, las experimentamos de modo
extraordinario.
Y nos da
mucha fuerza.
También la
comunión con las otras Misiones, aquí, en Centro África, es muy fuerte, y nos
ha permitido conseguir hablarnos por teléfono o por radio: ¡Nos anima a seguir
adelante!
Ahora, si
las cosas se calman... habrá que pensar en el futuro. Sinceramente, por muchos
indicios que leo aquí y allá, creo que nos debemos preparar a un período de
inestabilidad, por al menos un par de años...
Pero... como
decía Guareschi... NO ME MUEVO NI AUNQUE ME MATEN...
Con la
gracia de Dios y la compañía de los hermanos y de las hermanas, vamos adelante,
porque su pueblo, aquí en Centro África, lo necesita...
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