Antes de ayer fue
la Jornada Misionera
Mundial. Muchísmas gracias. La he pasado en cama con la malaria…
¡Y también esto
forma parte del panorama!
¡Hoy suceden
tantas cosas, y uno intenta habituarse! Pero después de veinte años… la malaria
no es agradable…
Ayer por la
tarde, al contrario, misa con los catecúmenos: apenas han comenzado las clases
de catecismo, que todos los años, aquí en Bozoum, implican a unos cuarenta
catequistas y alrededor de cuatrocientos catecúmenos. Niños, niñas, jóvenes y
adultos. Es un camino largo: para los chicos y las chicas dedicamos cuatro años
para llegar al bautismo, mientras que para los adultos solamente son tres.
Un par de veces
por semama en los barrios, o bien aquí en la parroquia, durante una hora de catequsis.
Con frecuencia se repiten preguntas y respuestas, pero lo que se intenta es,
sin embargo, permitir a todos que descubran y gustan la belleza de Dios, ser
hijos suyos, vivir aquí en la tierra la gran gracia de ser amados por él...
Hoy reunión del
consejo de profesores para la
Escuela Media –Liceo de San Agustín. Una primera reunión, en
mitad del trimestre, para echar una ojeada al trabajo de los alumnos, a sus
dificultades y a sus problemas... Comenzada a las 15 horas, bajo la lluvia, y
terminada a las 18... siempre bajo la lluvia. Pero… es muy bonito seguir a
estos chicos y chicas que van creciendo. Como todos los chicos y chicas de este
mundo... con el deseo de entender, de crecer; la lucha con el francés, las
lenguas, los números, la filosofía...; la tentación de coger atajos;... pero
también con el deseo de trabajar para construirse un futuro...
También esto,
junto con la malaria, el catecismo, la lluvia, la escuela, es misión.
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